linea de tiempo
1915: se desarrolla una infraestructura de comunicación inalámbrica ,gracias a la empresa marco wireless ,consideraba monopolio mundial de la radio
1920: surgen pequeños grupos de radioaficionados y interesados en la electricidad y las ondas de radio en las principales ciudades del país
1929: llegan de manera tardía los equipos solicitados, el nacimiento oficial de la radio fusión colombiana y se introdujo mandato mendez. la inaugura el 7 de agosto de aparece 1929. el 8 de diciembre aparece la primera estación y se llama " la voz de barran quilla"
1930: en enero.se funda la primera emisora de carácter comercial con la sigla HKF" colombiana radio and electric corparation" surge como experimento
1932: en la casa de JULIO BERNAL en bogota funciona la emisora "radio santa fe" y también nació la emisora " Colombia " y se llama después "emisora nueva granada" y en cali se inicio "la voz de cali" y otra llamada "santander"
1934:se emite decreto 627 que prohibía a las emisoras radiales leer las noticias publica por los periódicos la cual solo podía hacerse horas después que esta hubiesen sido publicadas
1936: el gobierno adquirió el derecho a legislar con la ley 198 y dio un nuevo concepto de "telecomunicaciones" y se permite el gobierno sacar el decreto 1760 la cual prohibía la transmisión de noticias políticas y la vocería liberal montón de emisoras llamadas "la voz Colombia"
1941:la cadena "bolívar" en medellin estas tres cadenas desaparecieron por falta de apoyo comercial
1945: fueron creados los receptores de tv que a su vez ,funcionaba como receptoras de radio fueron instalados en los radios comunes ( radio/tocadiscos)lo cual le daba mas alcance para recibir mayor numero de estaciones radiales (aunque eran muy pocas)
1947: fueron conocidos como transistores , debido a que la tecnología que se uso para formar si fabricación ,fue una tecnología muy pequeña usado transistores
1949: en esta época a causa de la SGM , se tomo la desicion de aumentar la potencia de los radio militares estadounidenses , por lo cual le o pasado una antena o un receptor lo cual garantizaba su mayor alcance
1957: en EE.UU se dan cuenta que no solo la radio servia para transmitir publicidad , si no también los receptores ser objeto publicitario
1977: el radio se combirtio en un símbolo de estatu. la gente presuntuosa posee radio extravagantes o de características técnica especiales
1981: falavela FM 104.5 es una radio comunitaria emitida en el sur de Brasil premiada por la ONU por su labor contra las drogas impulsada por Misael Avelino dos Santos
1989: desde su creación se quería usar como para llevar al picnic. Gracias al empleo de transistores se pudieron fabricar equipos de dimensiones razonables y estandarizadas
1993: a finales del siglo xx la radio experimento 3 cambios: 1ro. la populizacion de la FM, 2do. llega la internet y la radio eléctrica y 3ro. la radio digital
1997: en cuencas, Ecuador, ondas azuayas sustituye las emisoras en ondas cortas por un servicio de noticias en internet para la población emigrante
1991: fue el primer teléfono celular que recibía por medios de ondas, señales radiales; lo cual permitio que se pudiera escuchar la radio en el móvil
2001: fue el primer carro donde se pudo poner un equipo de reproducción de CD y con radio. fue lanzado en el 2001 pero diseñado y elaborado desde años antes
punto 2
Historia
A nivel mundial, las primeras emisiones públicas de radio
tuvieron lugar en el año de 1912, a raíz de la proliferación de señales de
radio provenientes del transporte marítimo y de las estaciones terrestres de
comunicación, especialmente. Muchos historiadores dicen que la radio pública se
originó como consecuencia de las enormes dificultades de comunicación
evidenciadas durante el hundimiento del Titanic, el 12 de abril de 1912, ya que
éste trató de comunicarse durante tres días sin lograr una respuesta eficaz de
las embarcaciones o puertos cercanos; una vez ocurrida la tragedia, comenzó la
discusión en cada país en torno a la necesidad de reglamentar las emisiones
radiofónicas, todo ello con el fin de lograr un sistema de comunicaciones más
eficiente.
Es hasta 1920 cuando le son asignadas frecuencias exclusivas
a las estaciones de radio dentro de Estados Unidos. Durante la década siguiente
se organizaron cientos de emisoras privadas mientras el Estado Norteamericano
apoyaba e incentivaba la aparición de las primeras cadenas radiales de
comunicación en toda la extensión de su territorio. El gobierno norteamericano,
ya en los primeros años de la radio, fue consciente del poder masivo que éste
medio de comunicación tendría en la década siguiente.
La radio comercial, en términos cercanos a lo que hoy
conocemos, nace en 1922. Su fin, inicialmente, era el de emitir
"cuñas" publicitarias, a manera de apoyo al creciente mercado de
productos en Europa y Estados Unidos. Sin embargo, un año más tarde se comenzó
a experimentar con el formato radial y se produjeron los primeros programas de
narraciones e historias. Este formato tuvo una gran recepción por parte de la
audiencia, que inmediatamente se comunicó con la cadena radial para sugerir su
continuidad. Se había demostrado que el sonido resultaba un material innovador
y sorprendente para la recreación de escenarios, por lo que el proceso
experimental siguió su curso hasta 1932, cuando aparecen los primeros
programadores de música, los discjockeys, y, con ellos, los estribillos (los
famosos jingles) para los comerciales cantados.
Desde la década de 1920, la radio comenzó un rápido proceso
de expansión alrededor del mundo. Los equipos necesarios para su producción
eran un producto costoso y de difícil transporte, aunque varios radio
aficionados habían conseguido realizar emisiones, tanto dentro de Estados
Unidos como en Europa, con equipos rudimentarios. Para la década de 1930,
Argentina y México ya contaban con grupos de radio aficionados que emitían
series de noticias y canciones en Buenos Aires y Ciudad de México. En estos
países, la radio consiguió el apoyo de los gobiernos, interesados en incentivar
la instalación de estaciones de radio para conseguir una comunicación directa
con los habitantes.
Cuando apareció la televisión, en 1948, se pensó que la
radio iba a acabarse, sin embargo esto no sucedió; por el contrario, gracias a
su capacidad para esquivar obstáculos como el analfabetismo o la distancia, el
formato radial se fortaleció y consiguió instalarse como el acompañante de las
labores cotidianas de cientos de habitantes de las ciudades y el campo. La
radio reunía a la sociedad alrededor de una sola noticia o la transmisión en
directo de algún suceso extraordinario.
En Colombia, fue el presidente Miguel Abadía Méndez quien
inauguró, en 1929, la primera radiodifusora, llamada HJN. Unos meses más tarde
nace, con el nombre de La Voz de Barranquilla, la primera emisora en esta
ciudad de la Costa Caribe colombiana. Desde el año de 1923, la empresa inglesa
Marconi Wireless Co. se encargó de traer al país la infraestructura necesaria
para mejorar las comunicaciones, pero se enfrentó con varios obstáculos en el
terreno económico y legal. Sin embargo, la empresa fue, durante veinte años, la
única en el país que llevó a cabo esta tarea.
La primera emisora comercial en el país nace en 1931 (su
nombre era HKF). A partir de ese momento nacieron muchas emisoras comerciales, a
la vez que se implantó la reglamentación que habría de controlarlas. Al
principio, estas emisoras eran dirigidas por una sola persona, quien se
encargaba de operarlas y, en general, de llevar a cabo todas las tareas que
exigía cada una de ellas. De esta manera, las emisoras sólo podían funcionar de
manera intermitente, dependiendo de la disponibilidad de tiempo y recursos de
sus dueños.
Radio escolar
Es la forma de radio más innovadora que hasta el momento
existe en el país y, quizás, la que más refleja la realidad de los jóvenes
puesto que es hecha por ellos. Como su nombre lo indica, este tipo de radio se
hace en las escuelas y colegios. Quienes la dirigen, la manejan y la programan
son los estudiantes quienes, generalmente, son coordinados u orientados por un
profesor o por una persona conocedora del medio.
Su historia se inicia a principios de los años noventa en
Bogotá, cuando los colegios privados con mayores recursos económicos ven en
este medio una buena forma de comunicación entre sus estudiantes y una
excelente manera de que los jóvenes se vayan introduciendo en el amplio y
complejo mundo de las comunicaciones, pues aunque es tradicional que en los
colegios y escuelas exista una publicación impresa, también es conocido el bajo
índice de lectura que caracteriza a la juventud colombiana.
Uno de los primeros colegios que contó con este medio fue el
Gimnasio Moderno, de Bogotá, donde los alumnos aprovechan este espacio para
distraer a sus compañeros con música en las horas de descanso y para promocionar
los diferentes acontecimientos culturales y de entretenimiento que se realizan
a lo largo del año escolar. A partir de este modelo, muchos colegios privados
tomaron la iniciativa de adecuar equipos para los mismos fines; algunos sólo
utilizan la radio escolar como una emisora de música, otros le sacan más
provecho y crean espacios donde los alumnos expresan, ante las directivas sus
inquietudes, sus preferencias y sus protestas (punto que, cabe mencionar, ha
sido determinante y difícil de manejar en algunas instituciones que, ante la
certeza por parte de sus estudiantes de la libertad de expresión que tienen, no
han podido controlar lo que se dice en ellas). Actualmente, no sólo los
colegios privados tienen la posibilidad de tener radio escolar, también los
colegios oficiales, con la ayuda de las alcaldías de cada ciudad o de las
autoridades de la zona, han logrado avanzar en un tipo de radio que todavía es
muy nuevo y que, por lo tanto, aún es un poco experimental y básica. Sin
embargo, los adelantos continúan en manos de los estudiantes, quienes ven en su
emisora y en quienes la manejan, una gran posibilidad de expresión y
crecimiento.
punto 3
DE GÉNEROS Y FORMATOS RADIALES
Como lo pone de manifiesto López Vigil, mucho se ha escrito y se seguirá escribiendo sobre este asunto de los géneros y los formatos radiales. Algunos los clasifican de una manera, otros buscas especificaciones distintas, otros incluso siguen indagando si es posible hacer un encasillamiento de este aspecto y si es necesario o imprescindible hacerlo. Lo cierto es que la radio, desde sus inicios, buscó una identidad propia y ciertos productos comunicativos que la acercan, complementan o alejan de los demás medios, sistemas, propuestas o provocaciones, lo cual genera diversas propuestas para ponerles nombres, características, estructuras y clasificarlos de acuerdo a la forma de producirlos, a su intención o a los públicos a que se dirigen.
De manera general, a través de múltiples experiencias y tratamientos radiales, lo que hoy se sigue trabajando en lo que podríamos denominar la GRAN CLASIFICACIÓN o GÉNEROS son productos que responden a características dramáticas, periodísticas o musicales, donde caben unos amasijos vertidos en cubetas, formaletas o moldes, que conocemos como FORMATOS. Muchos de éstos conservan identidades muy cercanas o pueden ir saltando de un género a otro, pues simplemente cada uno lo usa según sus necesidades, apuestas o posibilidades.
Más allá de si responden a determinadas características o estructuras, de si puede meterse en una clasificación, las nuevas propuestas radiales deben ante todo ser productos que comuniquen, que establezcan alguna relación con los públicos, que provoquen los sentidos y que guarden cierta estética para que sea un gusto escucharlos. Esa debe ser la preocupación en el momento de pensar y planear un proyecto, pues muchas veces nos afanamos más por la forma que por el contenido, abandonando a las audiencias y sentenciándolos a tener más de lo mismo, lo cual refleja su puesto como simples consumidores, pues desde allí no son concebidos como interlocutores y oyentes activos, de carne y hueso que no sólo prenden y apagan la radio, sino que buscan piezas comunicativas que les digan algo, feo o bonito, pero los toquen.
Ante el gran abanico de posibilidades a la hora de diseñar y planear un producto radial, cada vez nacen más propuestas y en muchas ocasiones creemos que determinado producto no encaja en alguna clasificación. Aquí me parece que el casillero está con la puerta abierta, disponible para llenarlo de cuantas formas se nos ocurran, incluso combinando unas con otras. Lo mismo ocurre con los géneros, pues resulta que un mismo formato puede dar para ser dramático, periodístico o musical, o los tres al mismo tiempo, esa es la riqueza y potencialidad de la radio y la tarea es aprovecharla al máximo con sus propias identidades, elementos y lenguajes para que siga teniendo sentido pero sobre todo imagen.
GÉNERO DRAMÁTICO
Aquí hay un recorrido maravilloso pero también lleno de nostalgia, pues los recuerdos más vivos de la radio están puestos en esas caídas de la tarde, alrededor del radio, junto a la familia “viendo” la radionovela en un silencio absoluto, cómplice, de respeto por el producto y de público activo, atrapado, seducido por las tramas y escenarios de la oferta radiofónica.
Lo que hizo en 1938 Orson Wells con “La guerra de los mundos”, separadamente de la puesta en escena y de su intención, también es una prueba de lo contundente que puede ser un mensaje radial cuando le restamos retórica y le sumamos acciones. Ese es uno de los grandes vacíos que tiene en la actualidad la radio: la escasez del género dramático en cualquiera de sus manifestaciones. Es quizá el que tiene mayores exigencias tanto en la preproducción como en la producción, pero es el más completo en el uso y abuso de los elementos que componen el lenguaje radial y en la posibilidad de llenar la radio de múltiples imágenes y hacer más activos a los públicos.
La radio como la vida está llena de acciones, es movimiento, no se queda en un mismo lugar sino que nos lleva por múltiples escenarios, es decir que siempre está pasando algo, siempre hay algo qué contar. Esa debería ser entonces su apuesta: permitir que la vida del municipio, del barrio, de la vereda, pase por la radio, máxime cuando estamos cargados de vivencias propias que se pierden u olvidan porque nunca se ponen más allá de los espacios cotidianos, familiares o de cierto lugares públicos (tienda, supermercado) donde se cuentan o comparten. Ese creo que es el mayor insumo que podemos tener para los dramas que necesitan nuestras radios. Y es que no se requiere inventarlos, están ahí en las experiencias propias, en la magia de nuestros relatos, en ese “realismo mágico” tan latinoamericano y sobre todo tan colombiano.
Lo anterior vale no solo para producir series o formatos largos, sino para toda pieza radial, desde la simple cuña de treinta segundos, el mensaje, el microprograma o el programa como tal, pues resulta mucho más seductor y fresco un producto lleno de acciones. Mejor si son escenas que resultan cotidianas, propias y mejor si son las voces de nuestros vecinos o conocidos las que están metidas ahí.
La apuesta es bajarle lo retórico, cantaletudo y ladrillado de la radio y ponerle más hechos, más acciones, más realidades. La cosa puede no ser tan sencillo, pues a más de buenos libretistas, se requieren buenos actores y productores, pero quién dijo que todo debe ser fácil, servido en la mesa, porque si es así como concebimos la radio, pues fácil: metamos largos listados de música en el computador, hagamos “play” y pongámonos a dormir. O sigamos haciendo de “equipo de sonido”, con intermedios para dar la hora, leer un aviso y anunciar “más música”. Eso es fácil…
GÉNERO PERIODÍSTICO
Parece ser que este asunto se lo dejamos a los “especialistas”, en tiempos atrás exclusivos en la Amplitud Modulada (A.M.) y últimamente también en el Frecuencia Modulada (F.M.). aquí es necesario hacer ciertas diferenciaciones en materia de propiedad de los medios. Los comerciales -que abarcan la mayor parte de lo informativo/periodístico- pertenecen a grandes empresas, a las élites y por tanto responden a esos intereses, sumados a los del gobierno, los comerciantes y todos aquellos que sostienen la pauta comercial y por tanto imponen sus criterios y sus intereses. Las noticias sólo registran lo que hace el poder. Los ciudadanos son víctimas o testigos y solo se visibilizan a los que se les llama “líderes de opinión, sea en lo local, en lo regional o en lo nacional.
En el caso de las emisoras de interés público responden a los intereses institucionales y a la información que les concierne porque hace parte de su quehacer o misión o porque tienen que ver con sus prácticas o actividades. Las comunitarias hacen de todo: buenos noticieros/informativos, hechos con calidad, profesionalismo, responsabilidad y con aquellos hechos que los medios nacionales no registran. Otros intentan copiar los espacios tradicionales, pero lo hacen de una manera artesanal, irresponsable y sin ningún tipo de formación ni investigación. Otros simplemente leen las notas de los periódicos y lo comunicados de prensa oficiales, sin ningún tipo de prelectura, análisis, manejo de lenguajes o conocimientos. Y otros, quizá pocos pero aún lo hay, se atreven al mediodía a sintonizar la emisora comercial y meterla en indirecto por su estación.
Más allá de conocer y manipular las extensas posibilidades en el manejo de la información en la radio, de saber que los formatos más usados son la entrevista, el noticiero, el informativo, la nota editorial o incluso considerar el magazín, y en menor escala el reportaje y la crónica, vale la pena aprovechar toda esa rica experiencia y propuesta contada por López Vigil con relación a este género hacer un recorrido por lo que viene pasando con esto de la información. Muchos suponen lo que piensa la gente, no entienden que el propósito principal es el de formar públicos, no el simple consumidor pasivo.
Ahora, hay un gran inconveniente con lo que llamamos lo público, que lo asociamos a lo publicable, como lo estatal, como lo físico, lo espacial, cuando deben ser esos escenarios para la interacción humana, donde los medios de comunicación deben ser vistos como espacio público. De otra parte debemos reconocer que la información está maniatada por presión del gobierno con asignación de espacios y frecuencias, presiones de los gremios con la pauta, presión de los dueños de los medios, presión de grupos armados, falta de garantías y hasta el hambre en la provincia, en el caso de quienes trabajan en estos lugares.
Salvadas o saltadas estas circunstancias, este género ocupa grandes espacios en las radios, por lo cual es importante enfatizar lo que mencione José Ignacio López en relación con tener presente que en últimas siempre debemos mantenernos fieles a los hechos, relatar lo que ocurre con el corazón caliente y la cabeza fría. Comprobar siempre los hechos, es decir darlo a conocer con veracidad, que no es otra cosa que la verdad probada. Separar hechos de comentarios, no arropar la noticia con comentarios o editoriales. Recurrir a la otra versión. El pluralismo es un apodo bastante seguro de la objetividad, no quedarse con una única fuente, poner a todas en el escenario y sobre todo tener información propia, pues muchas veces se informa sobre lo mismo, como si la vida en nuestras regiones no se moviera.
GÉNERO MUSICAL
La radio por esencia es musical, eso es elemental y quizá de ahí se pegaron muchos para hacer la “cajita musical”: música a toda hora, de cualquiera, todas las mezclas, todos los ritmos sin ninguna creatividad, ni propuesta ni mucho menos pensada como una puesta en escena que debe responder a los momentos, los públicos, las intenciones, las sensaciones, los gustos, los intereses y las maneras de provocar estados de ánimo o de acción. Lo simple es saber que la radio se hizo para poner música y a eso se dedican. Contratan entonces un par de muchachos sin mucha formación -se les pueda pagar cualquier cosa- se les dan tres indicaciones y listo a “moler música” con ciertos intervalos para leer anuncios o dar la hora exacta.
Las emisoras tenían sus franjas musicales, con lo cual por lo menos navegaban tanto en el día como en la noche por el diverso mundo musical. De alguna manera lo hacen las radio comunitarias, de interés público, ciudadanas o populares. La radio comercial, para saltar más alto -tienen el poder económico- lo que hicieron fue especializar sus emisoras: que a los jóvenes les gusta tal música, entonces una radio para jóvenes. A los adultos esta otra, pues otra radio para adultos. Así hasta lograr una emisora por cada ritmo musical. Unas y otras siguen haciendo lo mismo: poniendo música sin sentido, para que escuchen, se acompañen y disfruten su música preferida. Es decir, para ahorrarles el trabajo de tener que colocar los discos en el equipo.
La cosa aquí también se va por lo más económico, no hay recursos para pagarle a especialistas musicales o siquiera para auspiciarles una formación básica. Así que de las tantas y tantas maneras de condimentar la programación musical, nos dedicamos a las más comunes y de menores exigencias. Aparecen revistas musicales, franjas por géneros, complacencias, top 10, de un artista y últimamente la “fórmula cinco”, sin comerciales, que para algunos es una manera distinta o más sonora, más “creativa” -dirán- de anunciar que durante un determinado tiempo la emisora va a estar sola, o mejor que a partir de ese momento la computadora entra a turno.
En lo musical las emisoras con entran en conversación con sus audiencias, con sus públicos, sino que ellos deben consumir lo que les pongan a nombre de lo que está de moda, lo que más está sonando o las imposiciones de las casa disqueras, con la famosa “payola” -que no solo la hacen los grandes artistas, sino que ahora también los que quieren que su música se escuche de vez en cuando y pagan “algo” a cambio-, eso de un lado. De otro, a voluntad del locutor de turno, que cree sabérselas todas y se sienta frente al control a programar música a su antojo, a lo que a él, o unas minorías, les parece que debe sonar. Que decir de los espacios de complacencias o solicitudes musicales. Primero, son para unos pocos, que tienen la posibilidad de llamar por teléfono y la fortuna de que su petición sea atendida. Y segundo, es arbitraria, pues no se puede pedir la canción que uno quiera, sino que debe estar acorde con fonoteca de la emisora, con lo actual y en últimas con lo que esté sonando, porque “nuestra emisora solo coloca éxitos”.
Este aspecto es quizá el que requiere una urgente mirada y propuesta. La radio que por más alternativa o participativa que sea, es un 90% musical, no está reflejando nuestras músicas, nuestros sonidos y nuestras propuestas. La radio no cumple su función formativa en lo musical, quizá no le interesa que los públicos conozcan de música, no se interesan por las producciones locales o regionales y como se dice -ponen música sin ton ni son”-, pues no hay conocimiento previo, historias de vida, contextos, marcos referenciales o conceptualización en lo elemental de la programación musical, nos conformamos con machacar música y saber que el rating aumenta, que la audiencia está pegada, que somos muy escuchados.
De manera general, a través de múltiples experiencias y tratamientos radiales, lo que hoy se sigue trabajando en lo que podríamos denominar la GRAN CLASIFICACIÓN o GÉNEROS son productos que responden a características dramáticas, periodísticas o musicales, donde caben unos amasijos vertidos en cubetas, formaletas o moldes, que conocemos como FORMATOS. Muchos de éstos conservan identidades muy cercanas o pueden ir saltando de un género a otro, pues simplemente cada uno lo usa según sus necesidades, apuestas o posibilidades.
Más allá de si responden a determinadas características o estructuras, de si puede meterse en una clasificación, las nuevas propuestas radiales deben ante todo ser productos que comuniquen, que establezcan alguna relación con los públicos, que provoquen los sentidos y que guarden cierta estética para que sea un gusto escucharlos. Esa debe ser la preocupación en el momento de pensar y planear un proyecto, pues muchas veces nos afanamos más por la forma que por el contenido, abandonando a las audiencias y sentenciándolos a tener más de lo mismo, lo cual refleja su puesto como simples consumidores, pues desde allí no son concebidos como interlocutores y oyentes activos, de carne y hueso que no sólo prenden y apagan la radio, sino que buscan piezas comunicativas que les digan algo, feo o bonito, pero los toquen.
Ante el gran abanico de posibilidades a la hora de diseñar y planear un producto radial, cada vez nacen más propuestas y en muchas ocasiones creemos que determinado producto no encaja en alguna clasificación. Aquí me parece que el casillero está con la puerta abierta, disponible para llenarlo de cuantas formas se nos ocurran, incluso combinando unas con otras. Lo mismo ocurre con los géneros, pues resulta que un mismo formato puede dar para ser dramático, periodístico o musical, o los tres al mismo tiempo, esa es la riqueza y potencialidad de la radio y la tarea es aprovecharla al máximo con sus propias identidades, elementos y lenguajes para que siga teniendo sentido pero sobre todo imagen.
GÉNERO DRAMÁTICO
Aquí hay un recorrido maravilloso pero también lleno de nostalgia, pues los recuerdos más vivos de la radio están puestos en esas caídas de la tarde, alrededor del radio, junto a la familia “viendo” la radionovela en un silencio absoluto, cómplice, de respeto por el producto y de público activo, atrapado, seducido por las tramas y escenarios de la oferta radiofónica.
Lo que hizo en 1938 Orson Wells con “La guerra de los mundos”, separadamente de la puesta en escena y de su intención, también es una prueba de lo contundente que puede ser un mensaje radial cuando le restamos retórica y le sumamos acciones. Ese es uno de los grandes vacíos que tiene en la actualidad la radio: la escasez del género dramático en cualquiera de sus manifestaciones. Es quizá el que tiene mayores exigencias tanto en la preproducción como en la producción, pero es el más completo en el uso y abuso de los elementos que componen el lenguaje radial y en la posibilidad de llenar la radio de múltiples imágenes y hacer más activos a los públicos.
La radio como la vida está llena de acciones, es movimiento, no se queda en un mismo lugar sino que nos lleva por múltiples escenarios, es decir que siempre está pasando algo, siempre hay algo qué contar. Esa debería ser entonces su apuesta: permitir que la vida del municipio, del barrio, de la vereda, pase por la radio, máxime cuando estamos cargados de vivencias propias que se pierden u olvidan porque nunca se ponen más allá de los espacios cotidianos, familiares o de cierto lugares públicos (tienda, supermercado) donde se cuentan o comparten. Ese creo que es el mayor insumo que podemos tener para los dramas que necesitan nuestras radios. Y es que no se requiere inventarlos, están ahí en las experiencias propias, en la magia de nuestros relatos, en ese “realismo mágico” tan latinoamericano y sobre todo tan colombiano.
Lo anterior vale no solo para producir series o formatos largos, sino para toda pieza radial, desde la simple cuña de treinta segundos, el mensaje, el microprograma o el programa como tal, pues resulta mucho más seductor y fresco un producto lleno de acciones. Mejor si son escenas que resultan cotidianas, propias y mejor si son las voces de nuestros vecinos o conocidos las que están metidas ahí.
La apuesta es bajarle lo retórico, cantaletudo y ladrillado de la radio y ponerle más hechos, más acciones, más realidades. La cosa puede no ser tan sencillo, pues a más de buenos libretistas, se requieren buenos actores y productores, pero quién dijo que todo debe ser fácil, servido en la mesa, porque si es así como concebimos la radio, pues fácil: metamos largos listados de música en el computador, hagamos “play” y pongámonos a dormir. O sigamos haciendo de “equipo de sonido”, con intermedios para dar la hora, leer un aviso y anunciar “más música”. Eso es fácil…
GÉNERO PERIODÍSTICO
Parece ser que este asunto se lo dejamos a los “especialistas”, en tiempos atrás exclusivos en la Amplitud Modulada (A.M.) y últimamente también en el Frecuencia Modulada (F.M.). aquí es necesario hacer ciertas diferenciaciones en materia de propiedad de los medios. Los comerciales -que abarcan la mayor parte de lo informativo/periodístico- pertenecen a grandes empresas, a las élites y por tanto responden a esos intereses, sumados a los del gobierno, los comerciantes y todos aquellos que sostienen la pauta comercial y por tanto imponen sus criterios y sus intereses. Las noticias sólo registran lo que hace el poder. Los ciudadanos son víctimas o testigos y solo se visibilizan a los que se les llama “líderes de opinión, sea en lo local, en lo regional o en lo nacional.
En el caso de las emisoras de interés público responden a los intereses institucionales y a la información que les concierne porque hace parte de su quehacer o misión o porque tienen que ver con sus prácticas o actividades. Las comunitarias hacen de todo: buenos noticieros/informativos, hechos con calidad, profesionalismo, responsabilidad y con aquellos hechos que los medios nacionales no registran. Otros intentan copiar los espacios tradicionales, pero lo hacen de una manera artesanal, irresponsable y sin ningún tipo de formación ni investigación. Otros simplemente leen las notas de los periódicos y lo comunicados de prensa oficiales, sin ningún tipo de prelectura, análisis, manejo de lenguajes o conocimientos. Y otros, quizá pocos pero aún lo hay, se atreven al mediodía a sintonizar la emisora comercial y meterla en indirecto por su estación.
Más allá de conocer y manipular las extensas posibilidades en el manejo de la información en la radio, de saber que los formatos más usados son la entrevista, el noticiero, el informativo, la nota editorial o incluso considerar el magazín, y en menor escala el reportaje y la crónica, vale la pena aprovechar toda esa rica experiencia y propuesta contada por López Vigil con relación a este género hacer un recorrido por lo que viene pasando con esto de la información. Muchos suponen lo que piensa la gente, no entienden que el propósito principal es el de formar públicos, no el simple consumidor pasivo.
Ahora, hay un gran inconveniente con lo que llamamos lo público, que lo asociamos a lo publicable, como lo estatal, como lo físico, lo espacial, cuando deben ser esos escenarios para la interacción humana, donde los medios de comunicación deben ser vistos como espacio público. De otra parte debemos reconocer que la información está maniatada por presión del gobierno con asignación de espacios y frecuencias, presiones de los gremios con la pauta, presión de los dueños de los medios, presión de grupos armados, falta de garantías y hasta el hambre en la provincia, en el caso de quienes trabajan en estos lugares.
Salvadas o saltadas estas circunstancias, este género ocupa grandes espacios en las radios, por lo cual es importante enfatizar lo que mencione José Ignacio López en relación con tener presente que en últimas siempre debemos mantenernos fieles a los hechos, relatar lo que ocurre con el corazón caliente y la cabeza fría. Comprobar siempre los hechos, es decir darlo a conocer con veracidad, que no es otra cosa que la verdad probada. Separar hechos de comentarios, no arropar la noticia con comentarios o editoriales. Recurrir a la otra versión. El pluralismo es un apodo bastante seguro de la objetividad, no quedarse con una única fuente, poner a todas en el escenario y sobre todo tener información propia, pues muchas veces se informa sobre lo mismo, como si la vida en nuestras regiones no se moviera.
GÉNERO MUSICAL
La radio por esencia es musical, eso es elemental y quizá de ahí se pegaron muchos para hacer la “cajita musical”: música a toda hora, de cualquiera, todas las mezclas, todos los ritmos sin ninguna creatividad, ni propuesta ni mucho menos pensada como una puesta en escena que debe responder a los momentos, los públicos, las intenciones, las sensaciones, los gustos, los intereses y las maneras de provocar estados de ánimo o de acción. Lo simple es saber que la radio se hizo para poner música y a eso se dedican. Contratan entonces un par de muchachos sin mucha formación -se les pueda pagar cualquier cosa- se les dan tres indicaciones y listo a “moler música” con ciertos intervalos para leer anuncios o dar la hora exacta.
Las emisoras tenían sus franjas musicales, con lo cual por lo menos navegaban tanto en el día como en la noche por el diverso mundo musical. De alguna manera lo hacen las radio comunitarias, de interés público, ciudadanas o populares. La radio comercial, para saltar más alto -tienen el poder económico- lo que hicieron fue especializar sus emisoras: que a los jóvenes les gusta tal música, entonces una radio para jóvenes. A los adultos esta otra, pues otra radio para adultos. Así hasta lograr una emisora por cada ritmo musical. Unas y otras siguen haciendo lo mismo: poniendo música sin sentido, para que escuchen, se acompañen y disfruten su música preferida. Es decir, para ahorrarles el trabajo de tener que colocar los discos en el equipo.
La cosa aquí también se va por lo más económico, no hay recursos para pagarle a especialistas musicales o siquiera para auspiciarles una formación básica. Así que de las tantas y tantas maneras de condimentar la programación musical, nos dedicamos a las más comunes y de menores exigencias. Aparecen revistas musicales, franjas por géneros, complacencias, top 10, de un artista y últimamente la “fórmula cinco”, sin comerciales, que para algunos es una manera distinta o más sonora, más “creativa” -dirán- de anunciar que durante un determinado tiempo la emisora va a estar sola, o mejor que a partir de ese momento la computadora entra a turno.
En lo musical las emisoras con entran en conversación con sus audiencias, con sus públicos, sino que ellos deben consumir lo que les pongan a nombre de lo que está de moda, lo que más está sonando o las imposiciones de las casa disqueras, con la famosa “payola” -que no solo la hacen los grandes artistas, sino que ahora también los que quieren que su música se escuche de vez en cuando y pagan “algo” a cambio-, eso de un lado. De otro, a voluntad del locutor de turno, que cree sabérselas todas y se sienta frente al control a programar música a su antojo, a lo que a él, o unas minorías, les parece que debe sonar. Que decir de los espacios de complacencias o solicitudes musicales. Primero, son para unos pocos, que tienen la posibilidad de llamar por teléfono y la fortuna de que su petición sea atendida. Y segundo, es arbitraria, pues no se puede pedir la canción que uno quiera, sino que debe estar acorde con fonoteca de la emisora, con lo actual y en últimas con lo que esté sonando, porque “nuestra emisora solo coloca éxitos”.
Este aspecto es quizá el que requiere una urgente mirada y propuesta. La radio que por más alternativa o participativa que sea, es un 90% musical, no está reflejando nuestras músicas, nuestros sonidos y nuestras propuestas. La radio no cumple su función formativa en lo musical, quizá no le interesa que los públicos conozcan de música, no se interesan por las producciones locales o regionales y como se dice -ponen música sin ton ni son”-, pues no hay conocimiento previo, historias de vida, contextos, marcos referenciales o conceptualización en lo elemental de la programación musical, nos conformamos con machacar música y saber que el rating aumenta, que la audiencia está pegada, que somos muy escuchados.
punto 4
Crónica Radial: La crónica es un género con múltiples posibilidades y que muchos profesionales y especialmente autores, estudiosos de los géneros, no dudan en clasificarlo como el género más rico, de más belleza informativa y el que más y mejor te acerca al hecho noticioso.
La entrevista, el reportaje, la opinión, la crónica,… El uso de los distintos géneros en radio da vida a nuestros contenidos radiofónicos. Por eso, en Hablemos de radio queremos darte las claves para que distingas un género de otro pero, sobre todo, para que sepas qué pasos seguir hasta conseguir contar eso que está pasando a tu audiencia de una manera determinada.
Por su parte, la crónica radiofónica es un género basado en el monólogo, en el que el periodista, en calidad de testigo, describe y narra hechos y acciones en su contexto, desde una perspectiva individual y utilizando los recursos del medio radiofónico. El cronista persigue en primer lugar informar y en segundo lugar, interpretar.
Características: el contenido sonoro es una de las características que definen este género. El periodista debe proporcionar imágenes sonoras que ayuden a recrear la realidad que describe y narra. Nos referimos, por ejemplo al sonido ambiente.
Por otra parte, el lenguaje ha de ser directo, enfatizando el momento presente y es muy aconsejable la inclusión de anécdotas y curiosidades, que prestan color y relieve al relato.
Otras características son el predominio de la palabra, el estilo coloquial, la transmisión desde el lugar de los hechos, la emisión en directo y la escasa duración (desde 30 segundos hasta 2 minutos).
Cómo hacer una crónico: Lo primero es documentarse bien e incluso, si puede ser, es importante acudir al lugar de los hechos. La información conseguida debe ser organizarse para que sea útil. Una vez en el sitio, debe dialogar con protagonistas o afectados, observar los hechos y escenarios, contactar con las fuentes oficiales…
La estructura: Debe haber arranque o apertura, desarrollo, cierre y continuidades. El arranque debe situar la crónica y captar la atención del oyente.
El desarrollo debe contextualizar los hechos, mostrando sus antecedentes y consecuencias y presentar a los personajes.
El cierre, como siempre en la radio debe ser rápido y redundante y debe incluir un enlace de continuidad con el que programa en el que va incluida la crónica.
El estilo: El estilo de la crónica se basa en el predominio de la palabra hablada, la forma coloquial y la presentación en primera persona.
La palabra hablada se guía por los principios de claridad, brevedad, coherencia lógica y redundancia útil, ya que como el texto radiofónico es extremadamente fugaz y la memoria auditiva tan frágil, se hace necesario reiterar el "qué" de la noticia.
La forma coloquial implica la utilización de un lenguaje directo y desenfadado y de un vocabulario común y lleva a una relación de proximidad y familiaridad con la audiencia.
La presentación en primera persona hace posible que el cronista elabore un estilo personal con la elección de las palabras, el ritmo o el empleo de las descripciones.
La puesta en escena: Al incorporar en la crónica citas y cortes de voz hay que procurar respetar el sentido original y el contexto en que se produjeron. Las citas se presentarán en estilo indirecto y a través de un verbo introductorio, que debe ser el más adecuado para el caso. Tampoco conviene repetir siempre los mismos verbos, sino que hay que ir variando. En los cortes de voz, se debe utilizar un enlace, es decir unas palabras que unan una parte del reportaje con el corte de voz que se va a escuchar.
El periodista puede decidir sobre el terreno si quiere incluir en su crónica sonido directo como el sonido ambiente y los testimonios en directo. El sonido ambiente es interesante incluirlo en el arranque de la crónica para “fijar el escenario”, pero luego debe desaparecer para no fatigar al oyente. Los testimonios en directo deben entrar en antena y cerrar en un plano de fondo o segundo plano.
Las variaciones tonales son una buena herramienta para añadir ritmo e interés a lo que estamos contando: hay que utilizar un tono bajo para dar paso a un testimonio y otro más alto para retomar con seguridad y autoridad la crónica.
Si te entras con alguna dificultad técnica, lo más importante es actuar con naturalidad. Es recomendable comprobar el equipo técnico durante la fase de preparación y una segunda vez ya sobre el terreno y tener además un “plan b”para comunicarse con la emisora.
Por último, hay que prestar atención al ritmo, que se construye a través de una buena estructura y una locución cuidada. Cuando la crónica es abierta e incluye preguntas o comentarios del presentador del programa, se deben limitar estas intervenciones. Preguntas y respuestas deben estar previamente pactadas. Y cuando la crónica es periódica, se ha de incluir siempre algún aspecto nuevo y de primera mano para que el oyente no vea defraudadas sus expectativas.
Ejemplo:
sonido: entra música que entra a fondo
sonido: entra música que entra a fondo
LOCUTOR: (CON RR) MUCHACHOS DE LOS CANARREOS ( CESA RR). Una serie de tres
crónicas sobre la participación de los Jóvenes en las tareas del mar.
crónicas sobre la participación de los Jóvenes en las tareas del mar.
SONIDO: sube música tema de diluye
LOCUTOR: Primer Capitulo: El Día de la Salida.
SONIDO: entra descriptiva a fondo mezcla con mar de fondo
NARRADOR: A nuestras espaldas las olas del mar se levantan al chocar violentamente con los arrecifes. Es de madrugada. En el horizonte se divisan centenares de luces sobre la superficie de las aguas marinas. Corresponden a las boyas de los palangres y a pequeñas embarcaciones que se encuentran en labores pesqueras. El frío me penetra por todo el cuerpo.(TR) La ciudad duerme, con la excepción de algunos trabajadores que se dirigen a sus labores. (P)
NARRADOR: En La Habana del Este, moderna ciudad construida por la Revolución, sopla una brisa suave y fresca característica de las costas norteñas en estas horas de la madrugada. (P) La ancha avenida de dos vías —dividida por una hilera de cocoteros— le imprime a esta área una extraordinaria belleza.
ESTUDIO: murmullo hay algo, una noticia pero nadie sabe que.
NARRADOR: El sol comienza a calentarnos. Se corre la noticia de que nos tienen una sorpresa. Hemos concluido la etapa de preparación teórica. El director de la escuela se acerca. Parece que nos va a dirigir la palabra.
ESTUDIO: sube brevemente murmullo. ¡el director! ¡cállense! ¿que sera..?
DIRECTOR: (AL GRUPO) ¡Compañeros¡ ¡Compañeros¡.
ESTUDIO: murmullo diluye
DIRECTOR: (ID) Muchachos: el Departamento de Capacitación del Instituto Nacional de la Pesca nos orientó seleccionar a los alumnos con mejores resultados docentes para iniciar las prácticas de marinería en Cayo largo del Sur.
ESTUDIO: murmullo que apoya alegría general
DIRECTOR:(ID) En Cayo Largo del Sur van a superarse. Con ustedes también viajarán los profesores de las asignaturas técnicas.
ESTUDIO: murmullo y voces de entusiasmo hace cross con música descriptiva propia que baja
NARRADOR: Muchos de nosotros no conocemos de cerca las riquezas y los secretos del mar,aunque nos criamos en la costa. Por eso La noticia penetró con satisfacciónen cada uno de los 42 corazones.
VOZ: (VOZ PROYECTA DESDE II ¡Caballero recojan que nos vamos!
NARRADOR: La voz recorre las ocho plantas como un rayo de luz.
VOZ: (RR) Recojan que nos vamos( QUITAR RR)
SONIDO: mantén descriptiva a fondo de
NARRADOR. El ómnibus que nos conducirá hasta Batabanó espera por nosotros. En la recepción del edificio 54 se destaca la foto de Carlos Adán Valdés y un almanaque con un buque pesquero donde se marca el día nueve de octubre de MIL 968.
ESTUDIO: murmullo que apoyan al narrador risas, besos,etc
NARRADOR:Las amistades que habíamos hecho en La Habana del Este ahora están alrededor del ómnibus para darnos la despedida. Nos intercambiamos algunos objetos como muestra de cariño.
SONIDO: ómnibus en marcha
NARRADOR: Partimos hacia Batabanó...
SONIDO: destacan ómnibus y cross con mar a fondo de..
NARRADOR: En Batabanó nos enrolamos en dos embarcaciones. Pronto trazaremos rumbo hacia Cayo Largo del Sur. El Patao se nombra nuestro barco.
SONIDO: motor de barco que fondea mar a fondo
NARRADOR: Soltamos las amarras y poco a poco alcanzamos al otro barco que ha salido unos minutos antes que el nuestro. Ya entrada la madrugada lo perdemos de vista por la neblina.
SONIDO: destaca breve el motor y va a fondo
NARRADOR: Por doquier se pueden observar, con la ayuda de los relámpagos o los potentes reflectores, los puntos oscuros en el horizonte. Son las cayerías. De vez en cuando aparecen las balizas que guían nuestro paso. El casco del Patao, pintado de gris y blanco, se desliza por las tranquilas aguas del Golfo de Batabanó. Nuestra embarcación se levanta suavemente para después caer y provocarnos una sensación de mareo. (TR) En popa, algunos tripulantes conversan sobre las fiestas que se desarrollarán en el puerto y en las que quizás no puedan participar. Me llama la atención lo que expresa unos de los tripulantes
MARINO 1: (SEGUNDO PLANO) Bueno, si no podemos disfrutar de las fiestas de Batabanó pues iremos al Festival de la Toronja en la Isla de Pinos.
NARRADOR: Ni fiesta ni festivales nos hacen desviar de nuestro propósito: llegar a Cayo Largo del Sur. (TR) Poco a poco la tripulación fue a los camarotes y sólo queda en las cubiertas del barco, el timonel de guardia.
SONIDO: música que pasa a y fondo con sonido de mar que pasa a fondo
NARRADOR: Una suave brisa comienza a soplar del norte, no se observa otra embarcación en el mar abierto.
SONIDO: sube música breve y sonido de mar que pasa a fondo
NARRADOR: Se efectúa el cambio de guardia en el timón y el marinero saliente se retira para su camarote con la seguridad de no ser molestado hasta la salida del sol. (TR) (ESTIRÁNDOSE) Los huesos los tengo adolorados y calados por el frío de la madrugada. Aún no he dormido y ya el cansancio se apodera de mí.(BOSTEZA)
ALUMNO: (DESESP. SEGUNDO PLANO) ¡Caballeros! ¡Miguelón ha caído al agua!
SONIDO: fondear con música propia tensa
ESTUDIO: apoya con comentarios. ¿como? ¿por donde?, etc
EFECTO: pasos muy apurados sobre cubierta de barco de vario
EFECTO: uno que llega.
PATRÓN: ¿Estás seguro de lo que dices?
ALUMNO: Sí, Miguelón estaba acostado aquí encima de esos sacos, al lado mío y sentí cuando cayó al agua.
ESTUDIO: apoya, comentario propios
PATRÓN: (PROYECTA) ¡Utilicen los reflectores! ¡Continúen girando en la misma trayectoria! ¡Preparen los salvavidas!
NARRADOR: Pronto el reflector alumbra una palizada.
ESTUDIO: varios llamando a Miquelon (diferentes planos y al mismo tiempo)
ALUMNO: (PROYECTA) ¡Ahí está! ¡Miren!.
SONIDO: golpea tensa
NARRADOR: Falsa alarma. Es solo una boya.
PATRÓN: (PROYECTAR) Hay que pasar un mensaje al otro barco y a puerto, pero antes volvamos a buscar.
ESTUDIO: continuar dando voces de Miquelon
EFECTO: apoya con movimientos dentro del barco
NARRADOR: Todo es inútil, parece que en ese rumbo no daremos con Miguelón. En los camarotes no queda nadie.
TIMONEL: (I) ¡A babor se ve algo moviéndose!
SONIDO: continua a fondo propio de situación tensa
NARRADOR: La voz de alarma viene del timonel. El Patao comienza a girar. El patrón toma el timón y detiene la máquina.
SONIDO: recorta maquina
MIGUELON: (DESESPERADO Y ALEJADO III) ¡Caballeros! ¡Caballeros! ¡Aquí, aquí estoy!
SONIDO : cortas
ALUMNO: (PROYECTANDO) Sí, allí está. ¡Aguanta! ¡Aguanta! ¡Allí está!
EFECTO: apoyas al narrador
ESTUDIO: apoya
SONIDO: descriptiva a fondo mezcla con mar
NARRADOR:El reflector se dirige al lugar de donde viene la voz cansada. Ahí está Miguelón luchando contra las olas y nadando desesperadamente. (TR) Lanzan salvavidas al mar y pronto Miguelón está en cubierta rescatado de las profundas aguas del Golfo de Batabanó en esta oscura madrugada.
SONIDO: entra música tema que pasa a fondo del locutor. borra sonido anterior
LOCUTOR: Guión, y dirección de Lázaro David Najarro Pujol, narrador Jorge Parrado, grabación Enzo Pérez Felipe, edición Amaury Piñero, musicalización Germán Suárez. Actuaciones especiales de Barbara Lorenzo, Lázaro Delgado, Héctor Vilató, Orosmán Bueno, Eddy Vázquez y Yolanda Fonseca. Locutora Aurora Nápoles Quiñones. Por su atención muchas gracias y la invitamos a escuchar la próxima transmisión del segundo capítulo de la serie (CON RR) MUCHACHOS DE LOS CANARREOS (CESA RR)
punto 5
La importancia de la radio como medio de difusión, se concentra principalmente en la naturaleza de lo que ésta representa como medio en si, ya que, posee, una calidad intima de tu a tu, que la mayoría de los otros medios no tienen.Uno de los factores más importantes de la radio es que su costo de producción es menos elevado que el de los otros medios, estas características, a su vez, nos permiten utilizar diversos elementos creativos como voces, música y anunciadores en los comerciales.
Gracias por publicar como ejemplo esas tres crónicas. Fueron el inicio de un libro de relatos con el mismo título ganador de mención especial en novela corta de concurso internacional narrativa digital convocado en Panamá 2019.
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